3 de marzo de 2009

Ay Kant

No puedo.
Bah, no quiero.
Me encantaría, pero no.
No se me canta el orto.
Querría poder.
Pero bue, no puedo querer.
No me sale.
Lo que quiero es otra cosa.
Que no podés?
Sí, ya sabía.
No, no me cabe.
Más bien me da por las bolas.
Sí, ya sé.
Perdón.
Aunque en realidad es culpa tuya.
Bah, culpa... no sé.
Pero a mí no me mires.
Si fuera por mí, sería distinto.
Así que es esto o nada?
Entonces nada.
Está bien.
Lo decido yo, pero es culpa tuya.
Bah, culpa...
Al final es lo mismo.
No pasa por ahí.
Se trata de lo que quiero.
De lo que no quiero.
Y no de lo que puedo.
Porque en realidad no puedo.
Ya no puedo.
Nada.

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